18 de febrero de 2018

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Escuelas creativas. KEN ROBINSON.

Nuestro desafío es asegurarnos  de que todos los niños tengan una oportunidad justa de triunfar en la vida.

Las personas no son todas iguales, ni tampoco lo son sus capacidades y formas de ser. Cada individuo es único.

Todos los alumnos son personas únicas con esperanzas, talentos, preocupaciones, pasiones y aspiraciones propios, tratarlos como individuos es esencial para aumentar se rendimiento escolar.

Hay muchas maneras de aprender, el mismo método de enseñanza no sirve para todos los alumnos. Es fundamental que las escuelas ofrezcan a todos los alumnos las herramientas adecuadas para explorar la amplitud de sus capacidades y sensibilidades, más allá del trabajo académico convencional. 

Los seres humanos no somos todos iguales, a veces podemos hacer lo mismo y obtener resultados muy distintos.

El cometido fundamental de las escuelas no es mejorar las notas de los exámenes, sino favorecer el aprendizaje. La manera en que se evalúa la asignatura condiciona la forma de enseñarla.

Todas las personas pueden destacar si les permitimos decidir en qué áreas desarrollarse. 

Personalizar la educación significa:
  • Reconocer que la inteligencia es diversa y polifacética.
  • Capacitar a los alumnos para desarrollar sus intereses y cualidades.
  • Adaptar el horario al ritmo de aprendizaje de cada alumno.
  • Evaluar a los alumnos con métodos que estimulen su progreso y su rendimiento personal.
  • Enseñar arte cada día a los alumnos, facilitar un aprendizaje práctico y real, ofrecer múltiples alternativas de aprendizaje, tener un sistema de evaluación variado y favorecer la colaboración.

Todos los niños merecen un adulto que jamás se de por vencido con ellos, que conozca el poder de la comunicación y les insista para que se conviertan en las mejores personas posibles.

Si a los niños no se les da la posibilidad de esforzarse, no sabrán cómo resolver los problemas a los que se enfrentarán, no aprenderán a confiar en sus propias capacidades, y eso puede afectar a su autoestima.

Como dijo Gandhi, si queremos cambiar el mundo, debemos ser el cambio que queremos ver. Porque, cuando muchas personas se mueven, eso crea un movimiento. Y si ese movimiento tiene suficiente energía, entonces se convierte en una revolución.

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